La isla de Tenerife, corazón de las Islas Canarias, es un despliegue de maravillas naturales que roban el aliento a cada paso.
Desde sus exuberantes bosques de laurisilva hasta los dramáticos acantilados que besan el océano Atlántico, cada rincón está cargado de una belleza única. Pero si algo distingue a Tenerife y atrae a miles de turistas cada verano, son sus impresionantes playas de arena negra, símbolo indiscutible de su origen volcánico.
La Orotava: un destino que se funde entre el cielo y el mar
La Orotava, ubicada en el norte de Tenerife, alberga tres joyas naturales en forma de playas negras que marcan un vínculo perfecto entre el azul del cielo y el océano: El Bollullo, Los Patos y la playa del Ancón.
Playa El Bollullo: un refugio de paz
El Bollullo se ha ganado un lugar entre las mejores playas de Tenerife. Ubicada al borde de un acantilado en la zona de El Rincón, se transforma en un rincón idílico donde desconectar y disfrutar del vaivén de las olas. Aunque se debe mantener precaución durante el baño, debido a las corrientes marinas, su encanto natural es irresistible. Llegar a El Bollullo es una aventura, sea en coche o transporte público, y requiere de una caminata descendente por escaleras hasta llegar al tesoro escondido.
Playa Los Patos: un encuentro con la naturaleza salvaje
Los Patos, con su atmósfera virgen y salvaje, es el lugar ideal para evadirse del mundo. Este rincón de arena negra en La Orotava se ha convertido en un destino predilecto para los amantes de los deportes acuáticos como el surf y el bodyboard, gracias a su oleaje constante. Además, Los Patos es un enclave perfecto para los seguidores del nudismo. Su nuevo acceso por escaleras facilita la llegada, aunque implica una pequeña caminata que, sin duda, recompensa con sus vistas y su ambiente sereno.
Playa del Ancón: un paraíso escondido
Separada de Los Patos únicamente por la punta del Ancón, la playa del Ancón es una joya escondida en el norte de Tenerife. Llegar hasta este paraíso de arena negra implica una caminata de 20 a 30 minutos desde la zona de estacionamiento, lo que garantiza una menor concurrencia y un ambiente más tranquilo. Al no contar con servicios como restaurantes o hamacas, la playa del Ancón conserva su estado virgen, ofreciendo una experiencia de total inmersión en la naturaleza. Sin embargo, al igual que sus hermanas, es importante tomar precauciones al bañarse, especialmente por las corrientes del mar del norte.
Tenerife y, en particular, La Orotava, son un abanico de sorpresas donde la naturaleza se revela en su máxima expresión. Las playas de arena negra son, sin duda, una visita obligada para todo aquel que busque un encuentro auténtico con la belleza y la fuerza del Atlántico. Bajo el sol de verano, se convierten en escenarios de ensueño donde cada grano de arena cuenta una historia de fuego y mar, de cielo y tierra, de viento y sol. Tenerife te espera, ven y descubre su encanto.